BUENOS AIRES, (EFE).— El abogado Fernando Burlando, representante de Dalma y Gianinna Maradona, dijo que la casa donde murió Diego Armando Maradona y pasó sus últimos días era “una pocilga, una mugre”.
La casa donde murió Maradona, “era una pocilga, una mugre”
“La casa era una pocilga, una mugre pocas veces vista”, dijo Fernando Burlando desde la puerta del Tribunal, al terminar el jueves 13 de marzo la audiencia del juicio contra siete profesionales de la salud acusados de homicidio.
Maradona vivió sus últimos días en una vivienda rentada en el barrio San Andrés en Tigre, provincia del norte de Buenos Aires, del 11 al 25 de noviembre de 2020, no en un hospital, pese al complejo cuadro médico que presentaba.
Ahí lo trasladaron, luego que los dos principales médicos acusados le dieron el alta en la clínica Olivos, donde lo operaron de un hematoma subdural (acumulación de sangre entre el cerebro y la duramadre, membrana que cubre el cerebro).
En el Tribunal en lo Criminal número 3 de San Isidro, en la provincia de Buenos Aires, se realiza el juicio que determinará si siete de los ocho trabajadores de la salud acusados por la muerte de Maradona son culpables del delito de homicidio simple con dolo eventual.
Ante el Tribunal, el jueves 13 de marzo, el abogado Fernando Burlando presentó una maqueta que utilizará para graficar las condiciones del lugar, según sus palabras, “inapropiado para una ‘internación domiciliaria’”.
Microbaño en la casa donde murió Maradona
El baño tenía “menos de un metro” y era de difícil acceso “para la movilidad que tenía Diego”, afirmó el litigante.
“Yo lo que pretendo es que describan la mugre que era eso”, expresó Burlando al finalizar la audiencia.
En el juicio también se buscará demostrar que, dada la disposición de la casa, era imposible que los enfermeros escucharan “cualquier queja, dolencia o deseo” del paciente desde donde dormían.
Abogado fugaz de un enfermero
El Tribunal decidió, el martes 11 de marzo de 2025, apartar a los abogados Rodolfo Baqué y Martín Miguel de Vargas de la defensa del enfermero imputado, Ricardo Almirón, quien ahora es representado por el tercero del equipo defensor, Franco Chiarelli.
Baqué y De Vargas, desde el inicio, defendieron a la enfermera Gisela Madrid —otra de las acusadas en la causa, quien será procesada en otro juicio, con jurados, como ella pidió— y se sumaron a la defensa de Almirón el mismo martes 11, a poco de comenzar el juicio.
La decisión del Tribunal se basó en una declaración que el abogado realizó antes de asumir la defensa de Almirón: “A Maradona lo mataron y no fue (Gisela Dahiana) Madrid”.
Ante ello, los jueces Maximiliano Savarino, Verónica Di Tommaso y Julieta Makintach decidieron que las declaraciones de Baqué apuntaban contra su propio defendido.
“Me quieren callar porque dije que a Maradona lo mataron”, protestó Baqué.
Luego agregó que nunca habló contra su defendido, ni contra los imputados Forlini, Perroni o Di Spagna.
“Nombré a personas que yo no defiendo”, expresó en alusión al médico Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, los dos principales acusados.
El abogado apelará
Pero el Tribunal rechazó la apelación de Baqué de forma inmediata, así que el abogado se tuvo que retirar del edificio. Según confirmó a EFE, él recurrirá la decisión judicial.
En este proceso se juzga al neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicoanalista Carlos Díaz, la doctora y coordinadora de la empresa Swiss Medical, Nancy Forlini, el médico Pedro Di Spagna, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni y el enfermero Ricardo Almirón.
El juicio, que se celebrará dos veces por semana (los martes y jueves), cuenta con al menos cien testigos y se podría extender hasta julio de 2025.